9 de septiembre de 2016

Historia de la obra de Silo. Una interpretación. (Primera parte)

PRIMERA ROTA 1962-1974

El primer grupo de estudio del Movimiento, se organiza en torno a Silo (seudónimo de Mario Rodríguez Cobo) en Mendoza (Argentina), en 1962.
El grupo pretende dar una respuesta intelectual global, a un mundo en crisis que se verifica en el campo de lo social y personal.
En 1963 anuncia el propósito de fundar un movimiento.
Las explicaciones que da Silo a un reducido círculo de personas son un desarrollo de Escuela (como se manifiesta ya hacia 1969). El Trabajo, o “trabajo interno”, pretende despertar al hombre y alcanzar estados de conciencia superiores.
Se desarrolla todo un sistema de prácticas, que van desde el autoconocimiento a la ampliación de la conciencia, basados en principio en la educación de la atención.
Los grupos originales se sitúan en Argentina y Chile y animados por su vocación misionera y universal organizan las primeras dispersiones a países limítrofes.
En septiembre de 1964 se lleva a cabo un campo de entrenamiento en Buenos Aires, del que participan unas 15 personas. Posteriormente se realiza una reunión con 50 personas, que por eso se llamó “la reunión de los 50”.
Luego en 1966 se realiza la primera base en El Arenal, San Pedro (Jujuy). Estas bases se continúan en diversos lugares y, en particular y a partir de 1969 en Yala (Jujuy).
Las bases (que duraban varios meses), son centros de trabajo en donde los participantes están puestos en situación para acelerar procesos de cambios. Buscando circunstancias nada cotidianas y en condiciones de vida por demás adversas, se produce una gran diferencia con el medio habitual. Para ello se eligen paisajes selváticos, montañosos o marítimos, aislados de las ciudades, que crean condiciones de inestabilidad suficiente como para producir más de un cambio. Se modifica la dieta alimenticia, los hábitos de sueño y se realizan sobreesfuerzos físicos y vegetativos.
Aunque internamente se lo denomina “la cosa”, hacia fuera el Movimiento se manifiesta con diferentes nombres. No obstante, los participantes van incorporando un estilo que los caracteriza, en el que priman el comportamiento no agresivo, el sentido del humor, el anti exitismo y la actitud lúdica.
Por esa época comienza la persecución directa contra la gente del Movimiento   por parte de los regímenes militares y la jerarquía católica.
En enero del 69 comienza el fenómeno Silo y el 4 de Mayo de ese año se hace la primera exposición pública en Punta de Vacas, un paraje despoblado a los pies del Aconcagua. Allí, sorteando la censura del régimen militar de Argentina, ante dos centenares de personas reunidas, Silo pronuncia su arenga sobre La Curación del Sufrimiento. En ella postula que el conocimiento más importante para la vida está referido a la comprensión del sufrimiento y su superación.
A partir de ese momento, los siguientes intentos de expresión pública, terminan en el tumulto y la cárcel.
Se pone en marcha el Movimiento de Liberación Interior (MLI).
En 1970 se publican los primeros libros (Silo y la liberación y Jaque al Mesías).
También de esa época data un escrito “El Mensaje” en donde quedan claramente expresados los temas centrales de una Doctrina en desarrollo que comienza a ser transmitida a toda la humanidad.
En enero se hacen los primeros ingresos a Escuela y, ese mismo año, las bases se acortan de 6 a 2 meses.
En 1971, tienen lugar las últimas bases en Chile y después en Yala (Jujuy).
Ese año aparece el libro Manual del Poder Joven, en donde las propuestas de cambio no quedan limitadas al campo personal sino que se trasladan a lo social. La aparición de este libro, termina siendo un detonante que provoca el alejamiento de varios integrantes con intereses ajenos a propuestas de transformación social.
En 1972, en Buenos Aires, se dan cuatro conferencias sobre Meditación Trascendental y aparecen varios libros, entre ellos La Mirada Interna, que es la obra central del pensamiento de Silo. En ella, según el autor, se trata de transmitir una enseñanza sobre la conducta y sobre la interioridad humana, con referencia al sentido de la vida.
En 1973, se impondrá un régimen militar en Chile. La persecución sistemática en los dos países iniciales traerá como consecuencia, la partida de numerosos miembros a otros puntos de América y Europa, con lo cual el Movimiento comenzará un largo período de adaptaciones, marchas y contramarchas.
En Argentina (y sólo allí), se organizará luego la primera experiencia política de tipo institucional, con la formación del Frente Unido de la Juventud.
A fines de ese año, y gracias a una colecta organizada entre sus miembros, se compra un terreno en Córdoba donde funcionará un Centro de Trabajo al año siguiente.
En 1974, cerca de 200 miembros del Movimiento pasan por ese centro, en donde se realizan los trabajos de Oficios y Disciplinas.
En el mes de Septiembre, Silo intenta dar una serie de conferencias sobre la Religión Interior, que son prohibidas sin previo aviso por el gobierno democrático de turno. En la ciudad de Mar del Plata (Hotel Lux) son encarceladas unas 150 personas. En Buenos Aires (Casa Suiza) más de 500.
Entre tanto, en España, el trabajo del Movimiento se organiza y comienza a desarrollar hacia el resto de Europa. Otro tanto ocurre en Filipinas, considerándose a ese punto base de expansión hacia otros países del Asia.
Se instala en Canarias un aparato de coordinación a escala internacional en 1974 y también allí se abre un centro de trabajo al año siguiente.
Hacia finales de 1974 el Movimiento comenzará el tránsito de la etapa de individuos (minorías), a la etapa de cuadros. Para ese momento ya cuenta con cerca de 500 miembros dispersos por el mundo. El 90% de sus integrantes no supera los 30 años de edad.
Esta primera época (rota de 12 años), ha servido para experimentar varias formas organizativas que permitieron no sólo la capacitación de sus miembros sino la capacidad de llegar a mayores números de gente e integrarla. Se ha pasado de formas verticales a horizontales pero siempre con la aspiración de llegar a una organización interna que supere las anteriores formas y que es la que se corresponde con la Doctrina: la internalización. Se han planteado temas organizativos que señalan una dirección a futuro, como es el caso de la descentralización o la autonomía, que mucho tiempo después alcanzarán su verdadera dimensión.

Toda esta experiencia va a servir como memoria para las futuras etapas de expansión y se reconoce en ella una constante histórica: “Lo permanente es el cambio”.


(Fragmento de un trabajo en equipo, Buenos Aires 2015)

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